
El Wing Chung empezó siendo una vía de escape para quemar energía y desconectar de un modo que con otros deportes y actividades no conseguía completamente. Poco a poco y sin darme cuenta, este arte marcial se ha ido convirtiendo en una parte de mi, ayudándome a superar momentos difíciles en situaciones personales e inclusive laborales. Ahora, simplemente, se ha convertido en un modo de vida.